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Despertares Parte II: "Sueño Sofocado"


El texto y los gráficos creados por el autor Copyright ©2014 Patricia Noemí Renko. Todos los derechos reservados.


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Recomendación de la autora: Si aún no leíste "DESPERTARES:La dama de la ventana" lo más seguro es que no comprendas muy bien este cuento por lo tanto te invito a leelo haciendo CLICK AQUI  

                   

                          Despertares Parte II: "Sueño Sofocado"
        


         Después del episodio en su casa, toda su familia estaba desaparecida, unos tíos acogieron a la joven en  su casa.
        Aquella noche la muchacha se había dormido llorando la perdida de su familia, que extrañaba tanto, no podía creer aún tan lejana distancia que los separaba, tal vez estuvieran cerca, tal vez no, era aquella incertidumbre la que le carcomía el alma. Sabía perfectamente que no iba  a poder vivir de esa manera por mucho tiempo, se tendría que acostumbrar tarde o temprano, en caso contrario moriría de la tristeza que la consumía.
          En sus sueños, ella entraba a su habitación para acostarse cuando escuchó unos ruidos, casi murmullos  en el cuarto de sus padres. Se volvió para ver que era lo que ocurría, seguramente fueran ladrones, pero al llegar se encontró con su madre y sus hermanos hablando, saltó a la cama y fue directo  a abrazarlos. Su madre la miró con desconfianza y le dijo -¿Qué pasa hija?¿Por qué tanto cariño?- la chica se dio cuenta que su madre no sabía lo ocurrido y para no preocuparla comento –Tuve un sueño espantoso, ustedes no estaban y… prefiero no contarlo-la madre la miró-Hija, ya esta ya no te preocupes y ve a dormir tranquila-
            Volvió a su cuarto feliz de la vida de que había sido sólo un feo sueño, se acostó a dormir y tomó  sus peluches para que la protegieran, a pesar de ser grande ella odiaba las pesadillas y les tenía un terror espantoso, según le habían dicho un día (cuando era pequeña) sus ositos podrían protegerla de los malos sueños, eran como esos atrapa sueños que venden en ciertos lugares. Se tapó y recordó que no había rezado así que se levantó a hacerlo, a pesar de que  no iba a la iglesia ni formaba parte de ninguna religión ella creía fervientemente en que dios existía, al culminar su plegaria volvió a acomodarse lista para dormir.
              Al cabo de unos minutos sintió algo sentarse cerca suyo y empezó a gritar, su madre se levantó y le pregunto que pasaba, luego de una larga inspección de la habitación –No hay nada, -dijo su madre-seguro que fue tu inconsciente por haber soñado eso que dijiste, quedate tranqui, me quedo acá hasta que te duermas- La muchacha no tardó mucho en dormirse, al cabo de un rato la presencia volvió, pero esta vez más fuerte y no la dejaba moverse, una de sus manos le tapo la boca, sus uñas eran largas y estaban pintadas de esmalte rojo, su piel era blanca muy blanca. Trató de gritar pero no pudo, no podía moverse, la mano paso dos dedos a su nariz, y la tomó como si no quisiese que oliera algo, entonces pudo moverse un poco y trato de quitar la mano que le impedía respirar por ambos orificios pero fue en vano pues sus dedos traspasaban a aquella extremidad como si fuera aire.
             Los minutos pasaban, cada vez era más difícil respirar, optó por dejarle todo a la fe e intento rezar mientras las lágrimas corrían por su rostro ella le pedía  a Dios que la salve que no la dejase morir en manos de aquella criatura, que tenía miedo, que por favor la ayude que ya no podría aguantar mucho tiempo. Pero nada sucedió, la criatura se sentó arriba de ella y todo se empezó a poner blanco, sentía que sonaba el despertador pero no podía alcanzarlo, no podía, simplemente estaba inmovilizada. Al final todo se apagó.
              Al día siguiente sus tíos al pasar por el cuarto escucharon una alarma sonar, la tía se acercó y golpeó la puerta –Querida a levantarse-gritó- que es tarde para ir al colegio- pero nadie respondía, -Puede ser -pensó- que esta chica no escuche el despertador- entonces entró a la habitación, nada podía prepararle para lo que acababa de ver, la joven yacía en su cama sin vida, en su rostro se podían distinguir arañazos, sus ojos estaban abiertos y sus manos en posición de plegaria,  la policía llegó una hora después.
              Sus tíos de mudaron a Tucumán. El asesino jamás fue descubierto, sólo dejo a su paso las marcas de unas uñas pintadas de esmalte rojo en aquella fina nariz, la policía cerró el caso.
La gente evita pasar cerca de aquellas casas porque dicen que cada tanto se oyen los gritos de una niña y ven paseando a toda la familia feliz de un lugar a otro, también se escucha decir que si miras fijamente por una ventana verás un ser blanco y flaco que te hace tiritar de sólo echarle un vistazo y después de unos meses mueres.

Fin.

El texto y los gráficos creados por el autor Copyright ©2014 Patricia Noemí Renko. Todos los derechos reservados.


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